¿Cómo escogéis los libros que
leéis? Supongo que habrá gente que lo hará a través de recomendaciones de algún
familiar o amigo, o ahora mismo a través de algún foro o blog de lectura. Otras
personas se irán a la librería o biblioteca y leerán la reseña de la contraportada, eligiendo el que
más le parezca interesante. Yo, que soy un
desastre a la hora de elegir, soy una lectora de prestado. Desde
pequeña, cuando descubrí lo bien que se puede pasar leyendo un libro, y lo caro
que podía resultar esa afición, descubrí la pequeña biblioteca de mi cole, y
cuando se me quedó pequeña o era verano, las bibliotecas de mis amigos. Así que
realmente nunca pude elegir un libro sino que eran los libros quienes aparecían
ante mí, y yo solo tenía que leerlos. De esta forma, encontré a una amiga que tenía
una colección de libros de aventuras, y me pasé un verano entero, entre
mosqueteros, piratas, mohicanos y sus aventuras. Otra, que a su abuelo le
enviaban libros de algunas editoriales para que les diera su opinión y este le
permitía llevarse los que quería cuando ya los había terminado, así leí un
montón de libros sobre tiempos pasados, amores y desgracias que hizo que, a
medida que crecía, fuera asentándose mi gusto por la novela histórica, de
suspense y romántica.
Hoy por hoy, aunque han pasado
muchos años, me sigo considerando una lectora de prestado por que continúo sin
elegir los libros que leo, ellos siguen apareciendo ante mí, en alguna reseña
en el periódico, en algún blog, en conversaciones con amigos… y cuando llaman
mi interés yo solo tengo que encontrarlos.
Hace unas semanas me enteré de la
muerte de José Luis Sampedro y recordé como encontré el primer libro que leí
de él. Fue mientras estudiaba, apareció en mi camino en forma de lectura
obligatoria en una asignatura que cursaba y que además tendría que presentar un
trabajo sobre él. La vieja sirena, era un libro con un montón de paginas que se
juntó con los otros muchos que tenía que leer y al que puse mala cara cuando lo
tuve que comprar. Me duró poco porque cuando empecé a leer quedé totalmente
encantada, y desde entonces lo he releído muchas veces y siempre me que he
quedado prendada de la historia. Más adelante, me leí La sonrisa etrusca, y
ambos consiguieron emocionarme profundamente. Por eso hoy he querido recordarlos.
José Luis Sampedro
La vieja sirena
Egipto, siglo III. Época de
cambios y confusión. Dos grandes imperios, el romano y el persa, inician una
lenta decadencia. La protagonista, envuelta en su belleza y misterio, recorrerá
un apasionante itinerario hasta llegar a Alejandría, donde dos hombres marcarán
su destino: Ahram el Navegante, hombre de acción sediento de poder, y el
filósofo Krito, poseedor del don de la palabra... Como en los mitos, todo en
esta obra nace más de una vez porque todo en algún momento recibe una luz nueva
que lo recrea y vivifica. La vieja sirena es un apasionado canto a la vida en
una novela que es tanto recreación histórica como relato fantástico de inusual
lirismo y sensualidad, tanto reflexión humanista sobre el poder como aguda
parábola sobre nuestro inestable presente.
La sonrisa etrusca
Un viejo campesino calabrés llega
a casa de sus hijos en Milán para someterse a una revisión médica. Allí
descubre su último afecto, una criatura en la que volcar toda su ternura: su
nieto, que se llama Bruno, como a él le llaman sus camaradas partisanos. Y vive
también su última pasión: el amor de una mujer que iluminará la etapa final de
su vida concediéndole toda su plenitud... Una bellísima novela sobre el
eterno problema del amor, con la verdad que ofrece un conocimiento profundo del
alma humana.